¡Tu Perdición: Tu Codicia Y Tu Vanidad!
Me das lastima,
Solo compasión por ti puedo sentir.
Tu que presumías de vanidad y orgullo,
Mirate, hasta donde has caído.
Pensaste que iba a sufrir,
Pues no lo conseguiste, que pena por ti;
Me haces reír...
Tu codicia y tu vanidad te cegarón.
Que lastima por ti,
Ahora tu eres la que vas a sufrir.
¡Ojalá y no sea así!
La vida es traicionera,
Pero da muchas vueltas;
Aunque a ti no te deseo nada más que felicidad,
Así Dios lo quiera...
De ti pude esperar cualquier cosa,
Mas no una traición de mi propia sangre.
Pero "el que a hierro mata, a hierro muere,"
¡Ojalá y no sea así!
Yo no pude ofrecerte mas que mi amor,
Pero un amor sincero y sin nada a cambio.
Y tu has entregado tu "amor" con todo a cambio,
Por comodidades, que paradójicamente tal vez nunca te den,
Y que quizá con mi esfuerzo yo pude darte.
Mas a todo esto, le doy gracias a Dios,
Por liberarme de la pesadilla en que te convertiste,
Y aunque viviré con una espina clavada por siempre,
En mi corazón no puede existir el rencor;
A los dos les deseo lo mejor.
Así lo quiera Dios...
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